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La Inteligencia Artificial en el Despacho de Abogados:

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Mario Lopez

 Breve resumen de la Guía ICAM sobre el Uso de la IA en la Abogacía.

La «Guía ICAM de Buenas Prácticas para el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en la Abogacía», recientemente publicada por el referido Colegio Profesional, se presenta como un documento de referencia para que los profesionales del derecho integren esta tecnología de forma segura, ética y eficiente en su labor profesional. Reconoce la IA como una de las mayores oportunidades y desafíos para la profesión, subrayando que su objetivo es ser una herramienta de apoyo, pero sin olvidar que nunca debe sustituir el juicio profesional del abogado.

            A continuación, se resumen los ejes principales y las recomendaciones más destacadas de la guía.

1. Comprender la Tecnología: Fundamentos y Limitaciones.

            Antes de adoptar cualquier herramienta, es crucial entender su funcionamiento. La guía distingue entre:

            IA Analítica y Predictiva: Analiza datos existentes para clasificar información o predecir tendencias (ej. análisis de jurisprudencia).

            IA Generativa (GenAI): Crea contenido nuevo (textos, borradores de documentos) a partir de patrones aprendidos.

            La guía advierte de forma clara sobre las limitaciones inherentes de la IA generativa, apuntando a las siguientes razones:

  • Falta de comprensión jurídica real: Aunque imita la redacción legal, no comprende los conceptos ni el contexto, lo que puede llevar a errores graves.
  • Propensión a errores, sesgos y «alucinaciones»: Puede replicar sesgos de sus datos de entrenamiento o inventar información que parece veraz.
  • Riesgos de confidencialidad y protección de datos: Introducir información sensible en plataformas de IA sin las debidas garantías puede comprometer el secreto profesional.

            Por todo ello, la supervisión humana, el juicio crítico y una diligencia reforzada son principios irrenunciables en su uso.

2. Proceso de Adopción: Evaluación y Selección Responsable.

            La incorporación de la IA no debe ser una decisión impulsiva, sino un proceso estratégico que incluye:

  • Identificación de necesidades: Analizar los procesos internos del despacho para detectar dónde la IA puede aportar un valor real (ej. agilizar la redacción de borradores, mejorar la investigación).
  • Evaluación de soluciones: Investigar las herramientas disponibles, priorizando la seguridad, la privacidad, la facilidad de uso y la integración con sistemas existentes.
  • Selección con diligencia reforzada: Optar por proveedores que ofrezcan garantías en protección de datos y confidencialidad. Se recomienda elegir herramientas que acrediten certificaciones como ISO/IEC 27001 (seguridad) o ISO/IEC 42001 (gestión de IA).
  • Uso proporcional y justificado: La IA debe emplearse solo cuando aporte un beneficio concreto al servicio jurídico, ajustando su nivel de automatización a la complejidad del caso.

3. Cumplimiento Normativo: Obligaciones Clave para la Abogacía.

            La guía destaca que el uso de la IA está sujeto a una estricta regulación, principalmente el Reglamento Europeo de IA (AI Act) y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Las obligaciones fundamentales para el profesional son:

  • Supervisión Humana: Es obligatoria, especialmente en sistemas de alto riesgo. Cualquier resultado generado por IA debe ser revisado y validado por un abogado, quien asume la responsabilidad final.
  • Transparencia: Se debe informar a los clientes sobre el uso de estas herramientas, sus limitaciones y los criterios empleados. En casos sensibles, es recomendable recabar su consentimiento expreso.
  • Evaluación de Impacto y Gestión de Riesgos: Antes de implementar una herramienta, es necesario realizar un análisis de los riesgos asociados, especialmente en materia de derechos fundamentales.
  • Protección de Datos y Confidencialidad: Es una de las mayores preocupaciones. La guía es tajante: no se debe introducir información confidencial de clientes sin conocer en detalle cómo se tratarán esos datos y sin las garantías contractuales adecuadas.
  • Gobernanza, Documentación y Registro: Los despachos deben establecer protocolos internos claros sobre el uso de la IA. Es fundamental documentar qué herramienta se utiliza, su versión y para qué finalidad, asegurando la trazabilidad.
  • Respeto a los Derechos Fundamentales: Se deben implementar medidas para identificar y mitigar posibles sesgos discriminatorios en los algoritmos.

4. Capacitación y Colaboración.

            Finalmente, la guía enfatiza dos aspectos clave para una integración exitosa:

            Capacitación y Competencia Técnica: Los profesionales deben recibir formación continua para comprender y supervisar adecuadamente estas herramientas, en línea con la obligación de «alfabetización en IA» que establece el AI Act.

            Colaboración Interdisciplinaria: Fomentar la colaboración entre abogados, tecnólogos y expertos en ética y seguridad es fundamental para abordar los complejos desafíos que plantea la IA.

            En definitiva, la guía del ICAM promueve un equilibrio entre la innovación tecnológica y los principios fundamentales de la abogacía, asegurando que la IA se convierta en un complemento valioso al criterio profesional humano, sin comprometer la calidad, la seguridad ni la ética del servicio legal.

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